Las clases tocan a su fin mientras las vacaciones estivales asoman a la vuelta de la esquina. Es momento de descansar, disfrutar de la familia y amigos, de la naturaleza, la playa y la piscina o de coger fuerzas para afrontar el nuevo curso. Pero estos esperados momentos de ocio no deben llevarnos a descuidar nuestra alimentación, que ha de seguir siendo sana y equilibrada. Os proponemos algunos consejos útiles enfocados a los más pequeños de la casa, pero que podéis seguir todos vosotros.
- No olvidéis hidrataros. Con el calor tendemos a sudar y se evapora el agua corporal. Conviene aumentar el consumo de agua, evitando las bebidas o zumos azucarados. En el caso de los niños, debemos ofrecerles agua frecuentemente.
- Comidas frugales. Es recomendable reducir el consumo de fritos y elaboraciones con grasa que aportan pesadez en la digestión. Podemos sustituirlas por elaboraciones más ligeras como la plancha, el horno o el grill.
- Invierte en legumbres. Es saludable mantener la ingesta de legumbres de 2 a 4 raciones por semana. Aunque ahora no apetecen platos de cuchara, podemos incorporarlas a ensaladas o en salsas y paté, como el humus.
- Apuesta por lo integral. Los cereales, pasta o arroz que queramos consumir deberían ser, preferentemente, integrales.
- Equilibra el aporte de proteínas. Alterna legumbres, huevo, pescado y carnes magras.
- Consume AOVE. Nuestro aceite de oliva virgen extra es un alimento extraordinariamente sano. No puede faltar en las ensaladas y en otro tipo de elaboraciones. Recordad que es un arma básica contra el colesterol.
- La alternativa de los frutos secos. Una buena alternativa para media mañana o la tarde son los frutos secos, preferentemente sin tratar.
- ¡Siempre lácteos! No olvidéis los productos derivados de la leche. Lo recomendable es entre 2-3 raciones al día, en forma de leche, yogur natural sin azúcar, queso fresco o tierno.
- Podemos comer helados. Pero ¡ojo! sin abusar de los comerciales. Se pueden elaborar helados caseros sin azúcar con fruta madura y yogurt.
Recordad: el verano es una época en la que podemos disfrutar más tiempo de la familia, sin prisas, compartiendo experiencias tan gratificantes como una buena mesa. No os dejéis llevar por los cambios horarios para saltaros las cinco ingestas recomendadas para cada día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Procurad, eso sí, que sean ligeras, puesto que el calor es un importante inhibidor del apetito. Seguid estos consejos para que a todas estas buenas vibraciones se una lo más importante: la salud.
Autora
Ana Sanz Ferrándiz, nutricionista de ShC.