Cada día trabajan para ShC más de 200 empleados de los que un 92% son mujeres. El domino femenino es abrumador, incluso en cargos de dirección, donde el porcentaje frente a los hombres supera el 70%. No estamos, sin embargo, ante una consecuencia del progreso en materia laboral de los últimos años. Nuestro sector ha sido un territorio fecundo para el empleo femenino desde sus inicios. A las puertas de la reivindicación del día 8 de marzo, queremos conocer a dos de las personas que hacen posible que cerca de 600 niños coman cada día en el CEIP Parque de Lisboa, en Alcorcón. Ellas son, además, dos de nuestras empleadas más veteranas.
Humildad Zazo Martín (Solosancho, 14/09/1955) – jefa de cocina
Humi nació en Solosancho, Ávila, un mes de septiembre de hace 64 años. Está a las puertas de la jubilación después de 38 años de experiencia en el sector de los comedores escolares. Todos ellos, además, trabajando para ShC. Se inició en un colegio de Alcorcón al que se traía la comida elaborada desde otro colegio en Móstoles. Algo que, hoy por hoy, resulta impensable. Como ella misma explica «no hay ni punto de comparación entre la forma en la que trabajamos ahora y como se trabajaba antes. Ahora hay mucho más control. Llevamos registros de todas las materias primas, tenemos que asegurar la trazabilidad y recibir mucha formación». Tres años después de aquella pionera experiencia se incorporaría al colegio en el que trabaja actualmente, el CEIP Parque de Lisboa.
El domino femenino en el sector de comedores escolares es abrumador, incluso en cargos de dirección, donde el porcentaje de mujeres supera el 70%.
Respecto a la hegemonía femenina en el sector, Humi considera que es curioso que siendo los cocineros más famosos de sexo masculino, haya un predominio tan destacado de mujeres en las cocinas de los colegios. Algo que ella achaca, probablemente, a «la necesidad de tener paciencia con los niños». La clave para el buen funcionamiento del comedor escolar está en trabajar como si se cocinara para la familia. «Muchos padres dejan a sus hijos a comer con nosotros porque no tienen otra alternativa, así que debemos tratar de hacer la comida con el mismo cariño con el que se la harían ellos», explica Humi.
Un factor que va en aumento y que ha complicado mucho la labor de las cocineras es el de las dietas especiales. Nos cuenta que cuando ella comenzó a trabajar «no había ninguna. Los primeros en diagnosticarse fueron los celiacos. Se traían ellos mismos la comida porque no estábamos todavía preparadas para darles de comer según sus necesidades. Después vinieron muchos más casos. No entiendo la razón por la que hay tantas alergias hoy en día».
La clave para el buen funcionamiento del comedor escolar está en trabajar como si se cocinara para la familia. «Muchos padres dejan a sus hijos a comer con nosotros porque no tienen otra alternativa, así que debemos tratar de hacer la comida con el mismo cariño con el que se la harían ellos», explica Humi.
Carmen García García (Madrid, 21/01/1965) – coordinadora de comedor
Carmen es la encargada de coordinar a las monitoras responsables de dar de comer a los niños y dirigir el tiempo de ocio restante hasta el inicio de las actividades extraescolares o la recogida de las familias. Lleva 16 años trabajando para ShC en el CEIP Parque de Lisboa. Se incorporó, como suele ser habitual, a través de una monitora a la que conocía. Explica que es un tipo de trabajo que se adecuaba muy bien a las necesidades de una madre con cuatro niños pequeños, como era su caso. «El horario se adapta a la perfección al calendario escolar, lo que permite una conciliación perfecta», señala.
En los últimos veinte años se han producido muchos cambios. Se percibe un incremento de la preocupación institucional y empresarial por una alimentación saludable y por la seguridad alimentaria. Esto ha provocado, en opinión de Carmen, una consecuencia negativa: «como los padres están convencidos de que en el colegio se come bien y los niños reciben los aportes que necesitan, hay una mayor relajación al darles de comer en casa. También puede ser motivado por el tipo de vida que llevamos en la actualidad, con muy poco tiempo», nos dice. «Creo que los desayunos, meriendas y cenas se descuidan un poco. La diferencia con respecto a lo que les damos aquí es notable».
Igual que Humi, Carmen destaca que una de las mayores dificultades con las que se encuentran en la actualidad es la gestión de dietas especiales. Cuenta que cuando ella comenzó a trabajar para ShC, sus cuatro hijos comían en el comedor del colegio y tuvo que sacar al más pequeño porque era alérgico a varias cosas y, por entonces, no se contemplaba esta posibilidad. Explica que «cada año tenemos más alergias y casos graves, como niños multialérgicos, lo que limita mucho la alimentación».
Respecto a la relación con los hombres en el trabajo afirma que siempre ha sido «muy buena, aunque suelen tomar este tipo de trabajos como algo pasajero. Ningún hombre aspira a ser monitor de comedor, pero sí he conocido casos de verdadera vocación entre mujeres». Apunta a que también se observa algún cambio, pues ahora las chicas comienzan a compatibilizar este trabajo con estudios y acabarán por estar también de paso. Por ello, explica Carmen, «también hemos notado una evolución importante en la formación. Ahora la gente viene mucho más formada que antes y sigue formándose durante su estancia en la empresa, lo que contrasta con el comportamiento de los niños, que cada vez es peor. Es algo preocupante sobre lo que debemos trabajar».
Una de las mayores dificultades con las que se encuentran en la actualidad es la gestión de dietas especiales. Carmen cuenta que cuando ella comenzó a trabajar para ShC, sus cuatro hijos comían en el comedor del colegio y tuvo que sacar al más pequeño porque era alérgico a varias cosas y, por entonces, no se contemplaba esta posibilidad. Explica que «cada año tenemos más alergias y casos graves, como niños multialérgicos, lo que limita mucho la alimentación».
Humi y Carmen trabajan junto al resto del equipo de cocina y comedor del CEIP Parque de Lisboa en alimentar a diario a cerca de 600 niños y niñas. Su experiencia, compromiso y motivación han sido fundamentales para garantizar la calidad de nuestro servicio. Como ellas, todas las integrantes de los equipos de cocina y comedor de todos los colegios en los que trabajamos se esfuerzan para que día a día nuestros hijos e hijas no solo reciban una buena alimentación, sino que además adquieran un correcto comportamiento en el comedor, desarrollen hábitos de vida saludables y aprendan a apreciar lo mejor de nuestra gastronomía. Esas son la voz de la experiencia de un sector feminizado.