La misión principal de Servicios Hosteleros a Colectividades es la de alimentar a los niños y niñas que cada día acuden a nuestros comedores. Sin embargo consideramos que al mismo tiempo que cumplimos con esta función, podemos ayudar a los más pequeños a despertar su apetito por otras cuestiones. Esta razón es la que nos ha impulsado a lanzar en esta semana un taller de arqueología como anticipo de los campamentos arqueológicos que se organizarán entre el 23 y el 29 de junio en el CEIP San José de Valderas y en el CEIP Parque de Lisboa de Alcorcón.

Si en años anteriores miramos hacia el futuro a través de una apuesta por la robótica, en esta ocasión hemos querido centrar nuestra mirada en nuestras raíces. Entender de dónde venimos, cómo vivíamos en nuestro más remoto pasado y cómo pensábamos, nos ayudará a valorarnos mucho más, a comprender nuestro presente y construir un porvenir sólido. No hay mejor forma de hacerlo que convirtiendo a nuestros niños y niñas en pequeños arqueólogos.

Para ello hemos contado con Acteo. Arqueología y Patrimonio, una compañía formada por un equipo totalmente multidisciplinar integrado por arqueólogos, antropólogos, paleontólogos, informáticos, historiadores y psicólogos especializados en educación infantil. La combinación de nuestra experiencia en el sector de la educación y su experiencia en el sector del patrimonio supondrá una clara ventaja para todos los niños y niñas que participen en el programa.

La primera experiencia tuvo lugar el día 16 de abril en el CEIP Parque de Lisboa, mientras que el día 17 de abril organizamos el taller en el CEIP San José de Valderas. Ambos centros localizados en el municipio madrileño de Alcorcón. Los niños y niñas pudieron conocer cómo se vivía en la Prehistoria y cómo somos capaces hoy en día de conocer esa información. Entraron en contacto con materiales reales utilizados en la época: sílex, pieles, huesos, minerales, pigmentos… E incluso pudieron comprobar en directo como es posible originar fuego mediante la fricción de dos piedras y la ayuda de un poco de yesca y un nido de paja. La experiencia fue enormemente gratificante tanto para los mayores como para los pequeños.
